La Ley 24 y la posterior Ley 25 beneficiaron a muchísimos productores que hacen esfuerzos extraordinarios para mantenerse en el campo para así ofrecerle cada día productos frescos a todos los habitantes de Panamá. Estos incentivos de estas leyes son un paliativo para esos campesinos y agroempresarios que aun derivan de la agricultura su principal sustento. Lo extraño de esta afirmación es que el propio Ministro actual reconoce que más del 50% de los panameños viven en el campo.
Las Leyes mencionadas fueron creadas en el convencimiento de que la agricultura en Panamá estaba dejando de ser rentable y atractiva para los nuevos inversionistas y la única forma era ofrecer incentivos tangibles a los agroempresarios para que no abandonaran el campo. La nueva Ley 25 y el Programa Agropecuario Compita y otros programas de apoyo fueron reconocidos como buenos por todo el Sector Agropecuario porque realmente los beneficiaban.
AGROTURISMO
Ya en el año 2003 algunos agroempresarios, considerando los atractivos turísticos de sus granjas empezaron, sin ningún tipo de ayuda del gobierno, a pensar en el turismo rural como una opción realista que les permitirá compensar las pérdidas de la agricultura y ganadería donde los rendimientos andaban por el piso.
En el caso del Agroturismo, luego de muchos años se creó un programa que involucraba a la ATP y al MIDA y se brindaba algo de asistencia técnica a las muchas empresas que, veían mermado sus ingresos por el proceso de globalización y la nueva opción del turismo rural empezada ser una realidad en Panamá. El crecimiento del turismo producía un doble efecto en la agricultura pues en la medida que crecía la llegada de turistas, en esa medida se incrementaba la demanda de productos agropecuarios, por lo tanto era necesario que el Estado creara mecanismos realistas para apoyar a los agricultores y, al mismo tiempo que se fomentara la creación de nuevos destinos y facilidades turísticos.
El MIDA conjuntamente con el IPAT creó el Programa de Agroturismo y se iniciaron campañas de promoción por todo el país, logrando que muchos agricultores se endeudaran con el compromiso de que serian compensados con fondos de la Ley 25.
PROBLEMAS DEL AGROTURISMO PANAMEÑO.
En Panamá pasa lo mismo que en otros países donde no se acaba de definir el AGROTURISMO y la actividad baila entre el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Turismo. Aquí, como ya hemos señalado, se impulsa el agroturismo y todo el esfuerzo financiero que hace el empresario queda en promesas y las deudas quedan presionando al productor. Hace más de dos años los funcionarios de ambas instituciones recomiendan a los agroempresarios que inviertan en facilidades turísticas disque para recibir unos turistas que nunca llegan y con la promesa de que una parte de esas inversiones serán reembolsadas. Esta situación ha puesto en aprieto a estas pequeñas empresas que se han endeudado poniendo en riesgo su patrimonio y el de su familia. Nuestra Granja es uno de estos ejemplos.
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